domingo, 30 de diciembre de 2007

Un año más. Y van...

Lo lamento. Es hora de los balances y de esas cosas que no le interesan a nadie.
Soy de esas personas que, en general, no se quejan en vano (como dice Sabina "si la vida se deja, yo le meto mano; y si no aún me excita mi oficio). Por eso estoy contento.
Trabajé de lo que me apasiona sin tener que derrapar demasiado para otras latitudes (si supieran las cosas que he hecho años anteriores...). Las letras (y sus derivados) pagaron las cuentas y quedé a mano. Creo, a esta altura del partido, que de eso se trata: de quedar a mano. Tener una botellita de vino por la mitad con el corcho a medio meter para cuando caigan los amigos a charlar un rato y un paquete de fideos (o cualquier otra cosa que ella tenga ganas que le cocine) para cenar antes de que nos agarre sueño.
Esa mezlca de bohemia y burguesía (exquisita contradicción) que puede disfrutarse sin culpas.
En síntesis: tengo los mejores amigos ("tenemos códigos...") del mundo. Me gusta perderme en la mirada de mi Laura. Tengo una gata negra que se adueñó por completo de la casa. A mis treinta años sigo orgulloso de mis padres, hermanos, cuñadas, sobrina y abuela. Soy amigo de mis alumnos. Y tengo un puñado de frases que, a veces, me ponen colorado.
Este año salieron a la calle los siguientes libros en los que puse el corazón:

Historias del Olvido (Ed. Dolmen -España-)


Buscando al Conde (Ed. Progreso -México-)


En el Bosque hay Luces (Ed. Homo Sapiens -Argentina-)


King Cop, un nouvel héros dans la ville (Ed. Wetta Worldwide -Francia-).

De los cuatro libros del 2007 (el último casi se cae en el límite con el 2008 porque salió hace unos días) guardo recuerdos maravillosos. Con cada uno de ellos trabajé con gente asombrosa. Y los nombro (porque corresponde): Javier de Isusi, David Rubín, Infame & Co., DaniMaiz, Manu Ortega, David Lafuente, Leticia Ruifernández, Abril Barrado, Paco Roca, Alex Orbe, Ken Niimura, Raquel Alzate y Jorge Iván Argis (en Historias del Olvido); Poly Bernatene y Arianna Squilloni (en Buscando al Conde); Gerardo Baró, Beatriz Actis y todo el equipo de Homo Sapiens (en En el Bosque hay Luces) y Omar Hechtenkopf, Fernando Sawa, Marcela de Grande, Elsa Joly, Frederik Wetta y Belén Caccia (en King Cop). ¡Uf! Fuimos una banda. Y no me olvido, claro, de mi viaje por Venezuela hablando sobre lo que más me gusta (¡historias!) y conociendo gente que me va a quedar para siempre: Alberto Sicilia, Octavio Vivas... y no sigo porque seguro que me olvido de los más enojosos.

Pero por supuesto que dejo para el final lo más importante.

Se llama Laura. Hoy cumplimos nuestro primer año de convivencia. Y sin ella ninguno de mi textos serían lo que son (y no es que ahora sean buenos... ¡es que sin ella serían mucho peores!). Gracias Lau, espero que vengan muchos más. En serio.
Alumnos, amigos, colegas, familia, lectores, gente que pasa casualmente por acá: que sea este un buen año. Y si bien no está en nuestras manos el hecho de que los chicos dejen de morirse de hambre, de frío o de guerra, tomemos conciencia que nuestras manos (si no se convierten en dedos por separado) pueden hacer un montón.

Decía Miguel Abuelo: "¿Quién transformará el mundo si no sos vos y yo? ¿Y si no es ahora, cuando?".

Siempre me gustó la frase. Hoy la uso como un "felicidades para todos".

jueves, 27 de diciembre de 2007

Silencio Cantor:

Acaba de salir el nuevo disco de Luis Sampaoli. Se llama Silencio Cantor, y es un hermoso muestrario de canciones con olor a río. De esas que nos dan ganas de matear mirando el atardecer.
No sé si alguna vez se los conté, pero una de las cosas que más me gusta en el mundo es sentarme a escribir canciones con Luis Sampaoli. Es una especie de rito que mantenemos desde hace más de veinte años y que -creemos- no vamos a abandonar mientras haya un vino en nuestra mesa y una guitarra en el regazo de Luis.
Entre las tantas que escribió Luis para Silencio Cantor, hay dos canciones que nacieron como les contaba: jugando con las frases sobre las cuerdas. Una es una especie de canción de amor a la luna. Se las dejo para que chusmeen. Espero que les guste. Ahora mismo llueve. Está lindo para escuchar.

Chamarrita a la luna
(Saracino/Sampaoli)

Chamarrita a la luna, despierta en la noche
qué lindo que es volverte a ver.
Vuela sobre los techos, rebota
y mi canto parece que vuelve a nacer.
Un borracho colgado del cielo
un viejito contándole un cuento a un gurí.

Sube y sube hasta el amanecer
y dibuja estrellas en tu piel
(chamarrita a la luna).
Sube y sube y se deja querer
y en los ojos se pierde otra vez
(chamarrita a la luna).

Si el cantor orillero gastó su pañuelo
llorando canciones de amor
dale lumbre en tu vuelo y el dulce consuelo
del río bailando con vos.
Si te arrulla, te cuida, te siente
y un día se inspira y se vuelve canción.

Sube y sube hasta el amanecer
y dibuja estrellas en tu piel
(chamarrita a la luna).
Sube y sube y se deja querer
y tus ojos se pierde otra vez
(chamarrita a la luna).

Sos la luz de este río que va
como el fuego que alumbra el hogar.
Si te vas a otro pago quedó
un remanso y el verso de adiós.

Chamarrita a la luna, despierta esta noche
qué lindo que es volverte a ver.

¿Quieren más? ¡Ah! Hay todo un disco. Me dicen y se los consigo.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

¡Duendes y Hadas para el arbolito!

Amigos y lectores casuales de este blog: les presento aquí, recién salido del horno, mi último libro. Se llama "En el bosque hay luces", y no es más que mi intepretación y mirada a los relatos populares de duendes y de hadas.
Es un muestrario de diferentes tipos de "seres menudos" (desde los tiernos típicos hasta los absolutamente maléficos -que me encantan-) y un abanico bastante representativo del tipo de historias que los tiene como personajes.
Intenté no centrarme en un único modo de contar cuentos de hadas y de duendes. Por eso, algunas historias que habitan este libro pueden producir risa, otras tristeza, otras miedo y otras no sé.
La edición -exquisita, impecable- es de Homo Sapiens, bajo la dirección de la escritora Beatriz Actis. Todavía me dura la sonrisa del momento en que abrí la caja y saqué los libros (hace tres o cuatro minutos).
Las ilustraciones -¡grandes!- son de mi amigo Gerardo Baró. Me alegro muchísimo de haber compartido este proyecto con tan talentoso muchacho. Pensar que nos conocimos hace tantos años, entre mates y risas en el estudio de Poly Bernatene. ¿No nos estaremos volviendo grandes, che?
Los dejo con la portada y con mi alegría. Ya brindaremos con cerveza de duende.

En el bosque hay luces, de Luciano Saracino y Gerardo Baró.-

lunes, 3 de diciembre de 2007

Historias entre Tumbas: la premiere...

Se sabe (y si no lo saben, se los cuento), que me encantan las historias de fantasmas. Puedo pasarme horas (nocturnas, preferentemente) escuchándolas, y juro que soy de esos a los que se les pone la piel de gallina si lo saben llevar por caminos de escalofríos.

Por eso cuando mi amigo, el genial Gustavo Mazali, me propuso hacer una serie de cuatro libros de terror para chicos, intenté hacerme el profesional y no saltar de alegría (sin lograrlo, claro).
Aquí les muestro las dos primeras portadas de la colección (¿no son terroríficamente hermosas?).
Puedo adelantarles (así, apenas) que los libros cuentan la historia de un niño que debe irse a vivir con su abuelo, un cuidador de cementerio. De esa manera, el anciano le irá contando al joven los relatos más terroríficos de los que "habitan" en las tumbas... descubriendo que algunos no son sólo historias.
En síntesis; son cuatro libros donde no falta nada de todo aquello que me encanta: ratas gigantes, fantasmas, monstruos... ¡y hasta un amor de ultratumba!
Agradezco, por supuesto, al Sr. Mazali por confiar en mí para tan precioso proyecto. Espero haber estado a la altura.


Visiten, si quieren, la página de Riderchail para disfrutar las otras portadas y leer más información sobre el proyecto.


Historias entre Tumbas, de Luciano Saracino & Gustavo Mazali.